Discusiones de Pareja: Cómo Evitar Conflictos

En un primer momento las vacaciones sirven para desconectar, relajarse y estar en armonía. Todos ansiamos que llegue el verano para disfrutar. Sin embargo, los problemas de pareja parecen intensificarse.
No queda del todo claro que el número de divorcios aumente en estas fechas, pero lo que los psicólogos podemos comprobar en las consultas privadas es que las demandas de terapia de pareja sí aumentan iniciado el mes de septiembre. Esto sucede al menos en los países occidentales donde el periodo estival es el periodo vacacional.
Pero, ¿qué sucede? ¿por qué las parejas discuten más en verano?
Sería atrevido afirmar que los conflictos en la pareja se dan por estar de vacaciones. Más bien, los problemas existen con antelación, pero de forma latente y emergen en el periodo vacacional.
Evidentemente a no todas las parejas les puede suceder esto, pero vamos a hablar de algunas de las hipótesis que se plantean.
- Más tiempo juntos. En relaciones a distancia implica tener que adaptarse a la convivencia nuevamente. Y en relaciones al uso, tener que compartir el tiempo con el otro, quizá demasiado tiempo para el que estamos acostumbrados durante el resto del año. Y a más tiempo, más probabilidad de conflicto.
- Debate respecto a la individualidad de cada uno. En las vacaciones tendemos a pensar en pasar el tiempo con la pareja, no manteniendo los límites que cada uno necesite para la soledad, para realizar actividades que le gusten, o para compartir con otras personas. En el caso de que haya hijos, 24 horas durante 7 días a la semana sin tiempo ni para la pareja ni para uno mismo. Esto hace que haya mayor irritabilidad y surjan más fácilmente las discusiones o enfrentamientos. Es importante que haya intereses comunes, pero también propios.
- Diferencias en la toma de decisiones. Con esto me refiero a la parte más logística, organizativa. Es un tiempo de decidir: qué hacer, a dónde ir, con quién estar, qué dinero invertir, y ahí pueden surgir conflictos. Algunas personas además son más impulsivas y se dejan llevar y otras, en cambio, necesitan tenerlo todo controlado. Supone saber dialogar y negociar.
- Los celos se intensifican. Hay más relaciones sociales, más actividades de ocio y, si ya existe una desconfianza de base, es probable que haya más enfrentamientos al respecto.
- No tener horarios hace que nos relajemos respecto al estrés del «curso» pero, de la misma manera, nos desregulamos en los ciclos: en el sueño-vigilia no dormimos de forma regular, en la alimentación comemos menos sano y en mayores cantidades, y no mantenemos rutinas deportivas. Y, si además tenemos costumbres y horarios diferentes en la pareja, mayor probabilidad de conflicto.
- Las expectativas acerca de las vacaciones vs la realidad. Muchas veces esperamos la llegada de este periodo de forma ansiosa, generando expectativas a lo largo de todo el año: pensamos que lo disfrutaremos mucho, que habrá sintonía en la pareja, que el otro estará atento y cariñoso con nosotros, etc., llegando a idealizar el momento de tal forma que, cuando llega, si no es como esperábamos, nos frustramos y lo volcamos en la pareja. Además, muchas parejas esperan de forma fantasiosa resolver los conflictos durante las vacaciones.
- Quizá para muchos, septiembre simboliza el comienzo de un nuevo curso y, por tanto, nuevo año. Muchas personas se plantean retos y propósitos en estas fechas, entre ellos, mejorar en su relación de pareja. De ahí que la demanda de terapia de pareja en nuestras consultas aumente.
Todas estas hipótesis denotan carencias más profundas en la relación de pareja, tales como, la comunicación funcional, la confianza, la individualidad o la gestión del tiempo y dinero. Te invito a que leas otro artículo en el blog acerca de los principales conflictos en una relación de pareja para conocer más sobre este tema.
Es importante ser capaz de trabajar con las dificultades que surgen en la pareja a lo largo del ciclo evolutivo, sin esperar demasiado tiempo a que el desgaste sea mayor y la capacidad de reencuentro de la pareja menor.