Esta es una pregunta de las que no tienen una respuesta clara. Depende de cada persona, pero en el momento en que alguien se pregunta esto es porque, de alguna manera, tiene la necesidad de trabajar aspectos de sí mismo que le hacen sufrir o le cuesta manejar. En todas las etapas del ciclo vital surgen dificultades, diferentes, pero todas ellas importantes en cada momento.

Las personas solemos tener resistencias y dificultades a contarle a alguien nuestra intimidad, sentimos que nunca es el momento perfecto para comenzar, pero una vez establezcamos un vínculo terapéutico, la sensación cambia. Generando un espacio agradable, de escucha, donde no se juzga, se facilita este proceso.

En este caso vamos a tratar de explicaros cómo percibimos nosotras el proceso terapéutico.

En primer lugar, tanto en niños como en adultos, es necesario establecer una alianza o vínculo entre la persona y el terapeuta, esto es, conocernos poco a poco y establecer una relación de confianza y un espacio abierto y seguro.

Las primeras sesiones son más de entrevista personal porque se hace un recorrido por todas las etapas de vida de la persona y todas las áreas. Es importante conocer a la persona al completo para saber ante qué personalidad estamos, cómo se enfrenta al mundo y cómo son las relaciones que establece.

Una vez comenzado este camino, se comienza a trabajar con mayor profundidad en las dificultades, resistencias, patrones de relación que tiene la persona, tanto conscientes como inconscientes y es que, en muchos casos, no conocemos lo que nos sucede o de dónde puede venir.

En cualquier caso, el objetivo es crear un espacio donde trabajar juntos, sin juzgar, con autenticidad, donde se trata lo que la persona decida y al ritmo que quiera o pueda.

En el caso de los niños es diferente. Ellos no trabajan a través de la palabra, les cuesta verbalizar lo que sienten, por eso con ellos se trabaja mediante la terapia de juego, donde proyectan esas dificultades que tienen.

Te invitamos a que leas uno de los artículos publicados en el blog sobre terapia infantil para comprender cómo trabajo con niños.

Esta pregunta no tiene respuesta. Es un proceso muy variado y es que depende de la demanda de consulta que traiga la persona, así como de su capacidad de insight, esto es, de conocerse a sí mismo y trabajar en esas dificultades.

Normalmente es un proceso largo, de meses, pero tratamos de adaptarnos al ritmo de cada persona y su situación personal. En el caso de los niños el camino suele ser más largo por esa dificultad que presentan de conocer lo que les sucede.

La frecuencia con la que trabajamos es semanal, nos vemos una vez por semana, pero de nuevo dependerá de la persona y el punto en el que se encuentre.

Cuando uno comienza un proceso terapéutico, firma un documento de protección de datos y confidencialidad. Esto quiere decir que el terapeuta se compromete a guardar secreto de todo lo que acontece a la persona y en el espacio terapéutico.

Es un espacio sin crítica, en el que poder hablar con confianza y seguridad de todos los aspectos que te preocupen.

En el caso de menores, se hacen sesiones de padres para compartir con ellos las dificultades que presenta el niño, así como trabajarlas con la familia y/o el centro escolar.